
Ya basta. Estoy hasta la coronilla. Hay más mitos infundados sobre idiomas que sobre la cafeína, el microondas y Elvis que no ha muerto sino que está disfrutando de su jubilación en Utrera.
Esas tonterías que creemos, y que nos hacen creer, sobre idiomas.
Antes como estudiante, luego como coach, las he escuchado hasta la saciedad.
He pasado años lidiando con ellas, tratando de averiguar si tenían o no algún fondo de verdad.
Las necedades que te voy a detallar en esta entrada, no tiene ninguna.
Estoy seguro de que, al acabar de leer esto, mirarás a las lenguas con otro ojo.
Me enfado como un burro cuando se trata de mitos infundados sobre idiomas, porque acarrean pérdidas de capital humano impresionantes.
Frustración, oportunidades que se esfuman. Argh.
Agárrate, que arranco a toda leche.
Índice
#1 Para qué estudiar si pronto un cachivache nos lo traducirá todo
La tecnología y la Inteligencia Artificial van a cambiar muchas cosas.
Hoy existen sitios web donde puedes traducir de una lengua a otra, es algo que hace 10 años estaba todavía en estado larval.
Piénsalo, y te haces una idea de los avances que hemos experimentado en tan solo una década.
Diez años no son muchos. ¿Te acuerdas cómo era el mundo en, digamos, 2018?
Eventos destacados:
- comienza la peor crisis económica desde el 1929;
- Kosovo se independiza de Serbia;
- el PSOE español vuelve a ganar en las elecciones generales;
- en Pekín hay Juegos Olímpicos;
- yo tengo más pelo que hoy (aunque no mucho).
Hoy, el Google Translate puede ganar los concursos de Traducción Automática y lo hace.
Lo cual no significa que:
- se acerque ni al más tonto de los seres humanos
- acierte cualquier traducción.
De inglés a alguna otra lengua, sobre todo romance y sobre todo a nivel básico, puede darte una idea de qué es ese texto.
Pero en el 98% de los casos, es una traducción bien chapucera.

El empuje de la innovación va a cambiar el mundo de los idiomas, como el calculador Casio cambió el del cálculo manual.
Sin embargo, a costa de comerme las palabras en un futuro cercano, me aventuro a escupir la siguiente sentencia:
Estamos flipando todos.
Tendremos el trasto electrónico que, incrustado dentro del pabellón auricular, nos lo traducirá todo.
Tendremos los chismes soñados por los futurófilos y los linguoperezosos.
Tendremos una Inteligencia Artificial tan humana que sentirá como una persona, pero con una capacidad de procesamiento de datos tremenda.
Lo tendremos todo, pero no hoy, ni el año que viene, ni en 2040.
La lingüística computacional avanza, Google y sus redes neuronales convolucionales avanzan rápido, los aportes de los usuarios a las grandes herramientas de traducción son cuantiosos (cada vez que buscas algo, alimentas a su bestia).
Pero seguirás confiando en tu cabeza para traducir e interpretar.
En un par de generaciones, los adelantos serán tales que se confiará más que hoy en la traducción automática (Machine Translation en inglés, o si quieres hacerte el guay).
A base de mejores algoritmos, mayores potencias de cálculo y un big data muy big, se empezará a trabajar con traducciones directas desde cualquier lengua hasta cualquier otra lengua; algo que no ocurre hoy.
Un traductor humano podría apoyarse mayormente a la traducción asistida por ordenador, ejerciendo el papel de revisor, algo que ya hoy existe en estado embrionario.
Mira este listado:
- Para trabajar de profesor, de guía turístico, de médico o de analista de inteligencia;
- para leer textos en lengua original;
- para traducir textos de mínima complejidad;
- para ligar durante tus vacaciones veraniegas o hablar con los suegros (si el ligoteo ha sido particularmente exitoso);
- para intérpretes;
- para el desarrollo de las mismas tecnologías de traducción.
Para todo esto, vamos a necesitar tu inteligencia y tu dominio de las lenguas.

Hace quince años Chicco Testa, ejecutivo italiano, cuando trabajaba en la Red Eléctrica Nacional, contó una anécdota buenísima.
En una conferencia en Japón, de repente los conferenciante japoneses comenzaron a hablar de la “Emergencia Toilette”.
Nadie entendía de qué iba el tema.
Resulta que los japoneses habían metido la tecnología también en el retrete.
Resultado: en un apagón eléctrico general del país, los inodoros así concebidos eran inutilizables.
La contención nipona obligó a, ejm, guardarse todo para sus adentros.
Más de media jornada después, la red eléctrica volvía a funcionar con normalidad.
Afortunadamente, no hay constancia de que alguien hubiera estallado a lo Gurb, durante aquellas largas horas. 😅
Entiendes ahora lo de Emergencia y de la dificultad de trasladar una información de este tipo por parte de una máquina.
Si un ser humano entrenado para ser un Navy Seal de la interpretación no lo pilla…
Los matices culturales, los sucesos, la ironía: las máquinas ahí llegarán.
Pero no tan pronto.
Si quieres echar un ojo a qué pinta tiene el futuro, aquí tienes un excelente punto de partida:
La Cuarta Revolución Industrial, de Klaus Schwab.
Si quieres entender mejor cómo carajo puede un amasijo de transistores traducirte una frase del chino al euskera, puedes hacerlo aquí:
Machine Translation, de Thierry Poibeau (en inglés).
#2 Solo merece la pena aprender inglés, que con eso vas a todas partes
OK, te lo concedo: si le tienes asco a los idiomas y tienes claro que quieres dedicarle el menor tiempo posible, pues inglés sea.
Tampoco es que tengas elección: aprenderla, debes.
Lengua franca del mundo, lengua de los negocios, de la ciencia, blablabla.
Pero no te engañes.
Sigue siendo uno de los peores mitos infundados sobre idiomas.
En España, si trabajas en determinados sectores o en determinadas zonas geográficas, el francés es tan solicitado como el inglés.
En Latinoamérica, lo mismo con el portugués.
En Malta y Balcanes y la España mediterránea, el italiano.
En el sector del lujo, japonés y ruso ganan.
En el comercio internacional, chino y árabe son sumamente cotizados.
Así que, apartemos un poco el anglolinguocentrismo.
Si trabajas de comercial o de soporte a Ventas, debes hablar el idioma de tus clientes.
Si estás en Logística, te va mejor hablar la lengua de los chóferes que recibes que inglés.
Si estás cara al público, en Atención a Clientes… mejor será hablar su lengua.
El inglés es una herramienta para lograr llegar a una persona cuando ninguna de las dos conoce la lengua materna de la otra, pero no deja de ser una muleta que ni tú ni él domináis bien.
Y jamás llega al corazón.

Decía un tal Nelson Mandela:
Si hablas a un hombre en una lengua que entiende, el mensaje llega a su cabeza. Si le hablas en su lengua, le llega a su corazón.
Si te vas de viaje y crees poder comunicarte en inglés por doquier, suerte.
O, quizás, no tuviste necesidad de intercambiar más palabras que las estrictamente necesarias: station, yes, no, please, the bill please, two beer please y poco más.
El inglés es la lengua más universal que tenemos hoy en día, pero no es una lengua universal.
Si te hacen falta más datos y reflexión para decidir si este párrafo es una bazofia o no, echa un ojo a alguno de estos libros:
El Prisma Del Lenguaje, de Guy Deutscher
Babel No More, de Michael Erard (en inglés)
Mother Tongue: The Story of the English Language, de Bill Bryson (en inglés)
#3 No tengo don para las lenguas
De todos los mitos infundados sobre idiomas, este es el que más me tiene harto.
No existe ningún don de lenguas: lo que existen son la pasión, el método, la perseverancia.
Puedo aceptar que te resulte más o menos atractivo aprender un idioma, pero lo demás es mitología.
El error es compararse con poliglotas distinguidos y concluir: “pues, yo en el cole sufría con los phrasal verbs…nah, no es pa mí”.
¡Argh!
Ante todo, los poliglotas con los que probablemente te has topado, no son tan poli como quieren inducirte a creer.
No me queda claro si YouTube ha ayudado la causa de las lenguas, o lo contrario.
Si sí te topas con verdaderos poliglotas, es muy muy probable que lleven muchos años dedicando a los idiomas muchas horas cada día.
¿Se te ocurre tal vez pensar que Joaquín Cortez se convirtió en una estrella con un cursito de baile de tres semanas?
Luego, por la regla de tres, ¿por qué no aplicas la misma lógica a otros ámbitos de tu vida?
#1 mira el tren de vida de Gianluca Vacchi: “pues si no llego ni a invitar a una ronda de Chateau Lafitte de 1968 a mis amigos el día de mi cumple… nah, dejo de salir del todo”;
#2 mira cómo conduce Hamilton: “pues, si yo padezco incluso a la hora de aparcar del revés… nah, lo de conducir no es lo mío”;
#3 mira cómo cocina Quique Dacosta: “ui, si yo nunca salgo de mis dos platos cuando invito los cuñaos a comer… nah, abandono la cocina”.
¿Me explico?
Evita compararte con las vacas sagradas del sector y ten presente que los poliglotas estrellas de la red, a menudo tienen más ego que habilidades lingüísticas.
Dicho eso, también podrías toparte con un genio, con un cociente intelectual de 200, que llega a ser confundido por un nativo en cuatro meses cuando tú todavía estás arrancando.
¿Para qué tomárselo a mal?
A mí me gustaba jugar al baloncesto y cunado vi que no iba a tener el tamaño de Lebron James, seguí jugando por mi propio deleite.
Desde luego no era mi culpa que la lotería genética a mi me hubiese dado 1.80m y al cabrón de Lebron 2.03m, ¿o no?
“No tengo don para las lenguas” es una admisión de pereza. Lo dijo Don Lorenzo Milani, de un modo que jamás sabré mejorar:
No tengo el don: descansemos todos.
Y si de pereza se trata, mejor sería que dijeras “no me apasiona” y ya está.
Si quieres desperezarte y leer una obra maestra, no suficientemente valorada, deléitate con el célebre libro Carta A Una Maestra del ya mencionado cura Lorenzo Milani.
Recomendable para todo ser humano, indispensables para profesores y educadores en general.
Y para vencer unas cuantas debilidades cuando te dispones a aprender algo, de números o de letras, este podría ser el libro que necesitas:
Abre Tu Mente A Los Números, de Barbara Oakley.
#4 No tengo tiempo para aprender un idioma
Con este punto, me voy a granjear un buen puñado de haters.
Paciencia.
Alguien tiene que denunciar uno de los más aberrantes mitos infundados sobre idiomas.
Nadie, ni un jefe de Estado, está imposibilitado por razones de tiempo si se propone de aprender una lengua.
Este mito sigue en pie a raíz de un cóctel de desconocimiento y llana pereza.
Desconocimiento: muchas personas piensan que el único modo de aprender una lengua es atender un curso en una escuela.
Estar ahí sentado durante hora y media tres veces la semana, regresar a casa, hacer deberes y así seguir durante años. O hacerse largas estancias al extranjero.
Pereza: cuando uno no dice “no tengo tiempo para…”, lo que quiere decir realmente es que no le interesa lo suficiente como para moverlo arriba en la escala de las prioridades.
Lo sé, porque yo también soy perezoso.
Pregúntaselo a mi mochila del gimnasio, que está ahí en un rincón de mi habitación, tomando polvo desde 2011.
Si no es un proyecto nuevísimo, es un dolorcito a la rodilla, o un curso, o unos astros que no quieren alinearse como deberían: nunca tengo tiempo para vestir el conjunto del Decathlon y hacer pesas.
Igual los arqueólogos del quinto milenio encontrarán intacta mi mochila, como Champollion encontró en perfecto estado los tarros de miel de Tutankhamon.
¿Cómo se soluciona esto?
Haciendo un baño de realidad: si le asignas la justa prioridad, encontrarás el tiempo. Hay decenas de maneras de aprovechar el día en pos de aprender una lengua.
No es cuestión de tiempo sino de voluntad. Yo he renunciado al gym, pero ando y pedaleo todos los días, hago yoga y el finde voy a de excursión.
He encontrado mi manera de hacer algo de deporte.
Si quieres aprender a pulir algunas partes de ti que no te acaban de gustar, mucho cuidado a donde buscas la respuesta. Las estanterías de Autoayuda de las librerías están sobrepobladas de bodrios.
A mí, quitando algo de paja, me ha servido mucho Controle su destino: Despertando el gigante que lleva dentro, de Anthony Robbins.
Proporciona trucos y métodos rápidos y eficaces para cambiar las cosas. Para leer y tener en la mesita de noche en todo momento.
#5 Los idiomas se deben aprender de niños. Los mayores ya no pueden
Es un mito tanto longevo como terriblemente equivocado.
Permíteme desmontarlo.
A un niño le cuesta años aprender una lengua, contando con la dedicación a tiempo más que completo de sus padres, familia, maestros, vecinos y parientes, en un entorno de inmersión total.
Pues, si hoy a ti, que tengas 15 o 35 o 95 años, te diesen el mismo soporte, te garantizo que aprender chino a nivel nativo te costaría la mitad del tiempo del niño.
Siempre suele subrayarse las desventajas de la edad adulta en tema de aprendizaje de idiomas.
Es absurdo. Como adulto:
#1 tendrás menos tiempo disponible pero sabes administrarlo mejor;
#2 no tienes que meter en relación las palabras con los conceptos (manzana, futuro, dolor), porque ya lo hiciste en la infancia;

#3 puedes ser selectivo: igual en japonés, no necesitas conocer los nombres de todos los peces marinos y las hierbas del campo. Puedes ir recto a por lo que precisas;
#4 eliges tú cuándo poder aprender, algo que un niño no controla;
#5 sabes ya qué clase de estudiante eres y por lo tanto puedes elegir materiales y estrategias adecuados a tu estilo de aprendizaje. Un niño nunca es consciente de eso.
Ya dejarás ahora, de mirar a los niños con cara de envidia, ¿a que sí?
Assimil es un excelente instrumento para aprender lenguas de mayor. Los métodos El Inglés Sin Esfuerzo y El Ruso Sin Esfuerzo son dos de los de mayor éxito en los países de habla hispana. |
CONCLUSIONES
Mitos infundados sobre idiomas hay más aún, desgraciadamente, pero mejor ir por partes.
¿Te crees o creías alguno de estos?
Tu vida, y la de todos, es mucho mejor si los abandonas.
Los idiomas son un mundo maravilloso, que abren puertas infinitas. Aquí una selección de ideas:
🇳🇿 Aprender Inglés De Cero: Guía Rápida Para Empezar
🇱🇺 Cómo Aprender Francés: Porqué y Cómo Me fue
🇸🇬 Aprender Chino: 10 Razones Por Hacerlo Ya y Por Tu Cuenta
🇧🇷 Aprender Portugués: Todo Para Empezar YA
No tiene sentido dejar limitarse por semejante patrañas. Te vas a sentir liviano como el aire. Disfrutarás mucho más aprendiendo, leyendo, escribiendo. Conectando con las personas.
Si te ha gustado la entrada, te agradecería que comentaras y compartieras.
Volveré al tema de los mitos infundados sobre idiomas que nos apestan.
Pero, por ahora, que las lenguas te acompañen 💪🖖
Tu asesor lingüístico personal,
Fabio
Esos mitos los escucho para diferentes actividades 😅, gracias Fabio Ud. es un motivador innato 😍.
Gracias a ti por leerme, Hilda 😀