
¿Te gustaría aprender un idioma pero… mejor empezar mañana?
¿Te apetecería mejorar tu francés pero… aquellas liaisons e aquella pronuncia raruna te dan pereza?
¿Desearías aquel C1 Advanced de inglés ya pero… ya lo harás algún día?
Sígueme en este post y te daré herramientas para dejar de procrastinar.
Voy a contarte una breve historia.
Érase una vez un reloj en forma de tomate, y un hombre sin ganas de enfrentarse a una tarea percibida como desagradable, pero determinado a darle solución.
Así nació lo que hoy se conoce como Técnica Pomodoro, allá por los comienzos de los años Noventa.
Su inventor, el italiano Francesco Cirillo, decidió experimentar algo novedoso para vencer la pereza para estudiar asignaturas que no le acababan de gustar.
Podrás encontrar más información en la página web que ha dedicado a su su página web.
También ha explicado su principio en unos libros de productividad personal.
¿QUÉ ES LA TÉCNICA POMODORO?
Simplificando mucho, la Técnica Pomodoro va de lo siguiente: puedes percibir como desagradable tragarte un libro entero que no te apasiona lo más mínimo, y lo más probable es que lo apartes y te dediques a otras cosas.
Pero no te quedarás tranquilo: estés trabajando o hinchándote a series, sabrás que deberías dedicarte a otra tarea en esos momentos.
Así que, ni disfrutarás de tu tiempo libre, ni tampoco serás productivo.
Acabarás posponiendo la tarea desagradable hora tras hora, día tras día, semana tras semana.
Y estará siempre allí, estorbando en un rincón de tu cabeza.
Procrastinar es una condena.
Cirillo se enfrentó a todo esto y tuvo una idea simple al igual que revolucionaria.
La idea de comerte un libro de gramática latina, si no eres de letras, puede parecerte terrorífica; pero si en lugar de pensar al libro entero piensas a lapsos de tiempo de 25 minutos cada uno, el pavor ya desaparece, ¿verdad?
Aprender latín puede ser complicado, pero 25 minutos encima de un libro están al alcance de cualquiera.
Veinticinco minutos de concentración ininterrumpida, seguidos por una pausa.
Parece una técnica inspirada en la terapia cognitivo-conductual.
Veinticinco minutos en que no existe ni Facebook, ni radio, ni tele, ni vecinos, ni Whatsapp, ni leches.
Cero distracciones.
¿Y de dónde viene el nombre de Técnica Pomodoro?
Del reloj que tenía Cirillo a mano cuando inventó la técnica.

¿Te surge alguna idea o recuerdas algún recado que debes hacer?
Apúntalo en una hoja para que no se te olvide: te encargarás luego.
¿FUNCIONA LA TÉCNICA POMODORO?
Funciona increíblemente bien.
Si quieres vencer la procrastinación, la Técnica Pomodoro es tu aliada.
25 minutos son la justa cantidad para mantener el foco en todo momento sin desesperar, porque desde el minuto 1 divisamos la luz al final del túnel.
Al cumplir los 25 minutos, anota en una página o en una libreta que has llevado a cabo un Pomodoro y descansa un rato; unos 5 minutos podrían ser.
Puedes concederte algo agradable: un té, un paseo, una llamada a un amigo, estiramientos.
Lo mejor es que no tenga que ver con tu actividad pomodorizada.
Cirillo tuvo otra intuición, que es la de disfrutar de un descanso más largo al completar cuatro ciclos de Técnica Pomodoro: él sugiere 20-30 minutos.
Son criterios personales, puedes arreglarte como mejor creas, pero así como está concebida, ¡la Técnica Pomodoro funciona!
¿Y cómo puede ser útil para alguien que estudia idiomas?
Se me ocurren decenas de posibles usos.
No sé tú, pero yo ni en los idiomas que me apasionan más lo encuentro todo agradable de aprender.
Si ves que estás arrinconando algo que deberías en realidad dominar, es tiempo de sacar tu temporizador Pomodoro (o cualquier cronómetro) y los 25 minutos de cuenta atrás.
¿Dónde lo he usado yo?
- Memorizar los géneros de los sustantivos en alemán,
- Ejercicios con los clasificadores en chino,
- Memorizar los phrasal verbs en inglés (es que en Inglaterra tienen más phrasal verbs que habitantes),
- La ortografía del valenciano, con sus desagradecidos grupos vocálicos…
- La gramática del árabe,
- Aprender a usar bien los pronombres mesoclíticos en portugués
Te invito a probarlo. Te dará la sensación de estar domando una fiera.
Los beneficios son inmediatos, y con la práctica hay mucho margen de mejora.
PARA APRENDERLA
¿Conocías esta técnica?
¿La has empleado ya?
¿Has usado la Técnica Pomodoro tal cual o la has personalizado de alguna forma?
Si así fuese, no te vayas sin haberme dejado una nota en los comentarios aquí abajo: siempre estoy en busca de trucos para vencer la pereza 😉
Si acabaras de descubrirla y te apeteciese saber más, estos dos libros te los aconsejaría:
Abre Tu Mente A Los Números, de Barbara Oakley, publicado por RBA Libros: un viaje por el aprendizaje, en que la Técnica Pomodoro es solo una de un sinfín de trucos de productividad personal.
Concebido para hackear asignaturas de ciencias, es sumamente útil también para aprender cualquier disciplina y parar de procrastinar.
Pomodoro Technique Illustrated, de Staffan Noteberg, editorial Pragmatic Bookshelf: un libro liviano que profundiza en esta técnica aportando decenas de ejemplos.
Desventaja: solo está disponible en inglés, aunque el lenguaje es accesible.
Realmente, deberían ser lecturas obligadas en toda escuela.
EXTRAS
La Técnica Pomodoro que te he explicado aquí, es buena para crisis de procrastinación puntuales.
Si crees que te vendría bien profundizar en la psicología, para asumir un mayor control sobre tu vida, podrían interesarte estos otros libros:
Controle su destino: Despertando el gigante que lleva dentro, de Tony Robbins, publicado por DeBolsillo: este ha sido el primer libro de desarrollo personal que he leído.
Creo que me ha dado una percepción muy distorsionada del género de autoayuda, ya que en su mayoría está prostituido por gente que no tiene ni idea.
Tony Robbins no: parece mentira que un americano sin estudios formales en psicología, nos haya brindado tantas claves de comportamiento, para modificar lo que no nos gusta de nosotros.
No hay promesas de milagros: hay recetas para que trabajes sobre ti mismo.
Dejar de procrastinar, vencer la pereza… cuando mi fuerza de voluntad flaquea, vuelvo a tomarlo y a meter en práctica sus sugerencias.
El autor no logra salir de la costumbre tan arraigada en los gurús del self-help de no tener abuela.
“Soy buenísimo en esto, soy un hacha en eso…”.
Pero en fin, ¿qué me importa?
Aumenta mi productividad en el trabajo, con los idiomas y en la vida privada, y esto es lo que cuenta.
Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen Covey, editorial Booket: como con todo bestseller, me resistí de manera instintiva a leerlo.
Si le gusta a todo el mundo, pensé, no debe ser tan bueno.
Me equivocaba. Es bueno.
Examina la cuestión del crecimiento personal en una perspectiva más amplia que la de Tony Robbins, pero también menos específica.
Yo, muchos consejos útiles los he sacado, de este volumen, para mí como ser humano y como estudiante y coach de idiomas.
CONCLUSIÓN
¿Te sucede de aplazar costantemente ciertas cosas?
¿Conocías la Técnica Pomodoro? ¿La pusiste en práctica ya?
¿Qué tal te fue?
Volveré sobre el tema. Lo de vencer la pereza es primordial cuando uno aprende idiomas, sobre todo por su cuenta.
🙏 Comenta y comparte la entrada si te ha gustado 🙏
Y de momento, no me queda otra cosa sino desearte…
¡Buen fin de procrastinación con la Técnica Pomodoro!
Tu asesor lingüístico personal,
Fabio
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